MaGo

Efectivamente, así vamos, de victoria en victoria hasta la derrota final.

¡Vivan las cadenas!

La verdad es que la libertad nos la quitaron a casi todos mucho antes de jesucristo.

Algunos entregaron también la dignidad.

Hay un enlace a la fuente.

Los dos partidos mayoritarios, que son los que pueden reunir la mayoría suficiente, han de tratar de ponerse de acuerdo para de una vez adecuar la constitución a la realidad.

Mucho hay que reformarla pero habrá que empezar por el punto segundo del articulo primero que quedará así:

“La soberanía nacional reside en los mercados internacionales, de los que emanan y están a su servicio los poderes del Estado”.

En Garrovillas vive una familia hispano-británica y entre ellos yo solo les he oído hablar en inglés. Se con certeza que todos ellos hablan el castellano. Cuando van al mercado o se sientan en una terraza y entre ellos hablan en inglés ¿nos hemos de sentir ofendidos?.

Muchos de los garrovillanos que emigraron formaron familias con personas de otras partes de España. Muchos de ellos nos visitan con sus familias muy a menudo. No entienden muchas de las palabras del idioma que usamos cotidianamente, el garrovillano, ¿les estamos faltando el respeto por hablar garrovillano entre nosotros aunque no nos estemos dirigiendo a ellos?.

Recientemente vi una película de Coppola en las que se ven unas imágenes de un coche esperando en el peaje de un puente de New York. Me resultó curioso que en la señal de parada obligatoria había la misma leyenda en dos idiomas: inglés (stop) y castellano (pare).

He hecho el comentario en catalán (Como dice Salva he usado el traductor de guguel. También estoy de acuerdo con él en que todos los humanos deberíamos de saber al menos dos idiomas, uno común a toda la humanidad – el esperanto podría valer- y el materno) para decir de una manera sutil lo triste que me siento al leer algunos comentarios impropios de personas adultas.

Los defensores ultramontanos del castellano no ven al verdadero enemigo de este idioma y pierden el tiempo en nimiedades que solo hacen crecer la desconfianza entre pueblos.

Yo no soy castellano-parlante de nacimiento (si es el idioma que uso más, sobre todo para leer y escribir), pero cada vez que escucho o leo usar palabras extranjeras en charlas o textos castellanos me pregunto donde están sus quisquillosos “defensores”.