Creo que la situación de Garrovillas podría ser parecida al del resto de pueblos extremeños, cuyos habitantes tuvieron que hacer «las españas» y marcharse de sus lugares de origen.
Es sintomático que como aquí y en el resto de pueblos, sucedan cosas similares, que los de aquí se quejen de los aires de prepotencia de los de fuera, y que los de fuera se quejen de la cerrazón de los de aquí.
¿qué quiero decir con esto? pues que ni toda la gente que viene de fuera es prepotente, ni toda la gente de aquí es cerrada, es simplemente una cuestión de la actitud personal de cada uno y de la mentalidad de cada lugar de donde se proceda.
He escuchado a varios de los que venimos de fuera, que en este pueblo no se ve iniciativa, que hay que levantarlo, etc, etc, y son expresiones que eran salidas de un afecto por el pueblo en vez de una crítica negativa, pero al garrovillano de aquí le puede fastidiar y con razón, y es que es fácil proponer desde la barrera por muy buena intención que se tenga.
También, he escuchado a la gente de aquí decir que los de fuera siempre vienen a darles lecciones, que si tanto les gusta el pueblo, pues que se instalen aquí si quieren cambiarlo, que nadie les impide estar aquí, y esos dichos salían más por orgullo defensivo, que por mera mentalidad cerril, aunque ese orgullo pueda parecer desde fuera un pequeño inmovilismo por parte de la gente de aquí.
Como veis son cuestiones razonables, comprensibles y debatibles, como el que viene de fuera opina con afecto sobre como mejorar el pueblo, y los de aquí se quejan de que eso es prepotencia y se sienten orgullosos de lo que son y de lo que tienen.
Por eso opino que es cuestión de conciliar posturas, ser respetuosos y no tomarse las cosas a la defensiva, ni pretender dar directrices cuando no se vive allí los 365 días del año.
Yo, que soy de fuera, que mis raíces por parte paterna proceden de este pueblo que visito en navidad, semana santa y agosto, comprendo y respeto la idiosincracia garrovillana, y por eso, no me meto en los asuntos del pueblo, porque si no vivo allí el día a día no se por qué tengo que opinar ni dar consejos de lo que se tendría que hacer, porque creo que eso debe ser asunto exclusivo de los garrovillanos.
Eso si, si me preguntan, les digo lo que pienso desde el respeto y lo que yo haría si yo fuese de allí, siendo cosciente de los medios que se tienen, porque es fácil exigir y luego a cambio no saber dar propuestas. No obstante, a muy pocos de confianza les digo lo que pienso, y generalmente suelo responder que es cosa de los que viven aquí, que yo solo soy un mero visitante.
Aún así, creo que ambos llevan su parte de razón, solo que considero que la frase en si pueda doler y parecer ser más una cerrazón por parte de uno de aquí , en vez de una queja por ciertas actitudes de los de fuera, que creo que era lo que se quería reflejar.
Sin más, perdonad la chapa que acabo de escribir.
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