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Garrovillas de Alconétar: Hágase la luz, eléctrica.

La industrialización en el siglo XIX trajo consigo aspectos importantes que afectaron a los ciudadanos. Algunas ciudades europeas como Londres o París, que hasta entonces habían iluminado sus calles con lámparas de gas, verán a finales de esta centuria imponerse la electricidad tanto para el alumbrado público como para el ámbito doméstico. La “eliminación” de la oscuridad de la noche se considerará entonces como un logro épico, un triunfo sobre la naturaleza.

El alumbrado de calles y plazas y de los hogares garrovillanos, a principios del siglo XX supuso un logro, aunque también, como veremos dio bastantes quebraderos de cabeza por la mala calidad del servicio. El servicio hoy es, desde luego, satisfactorio, y si de algo habría que quejarse, sería del precio abusivo de las últimas facturas.

Garrovillas no contó con alumbrado eléctrico hasta el día 15 de diciembre de 1903. Hasta entonces y desde el año 1863 las farolas alimentadas con aceite de oliva alumbraron las calles de la villa. En 1904 La Sociedad Electra Extremeña construye en Navas del Madroño una central eléctrica destinada al suministrar fluido eléctrico, principalmente para el alumbrado, a los pueblos de Navas del Madroño, Brozas y Garrovillas. La central fue inaugurada a mediados de abril de este año con éxito. En Garrovillas se instalan dos estaciones de transformación de 21 kilovatios cada una.

A mediados de marzo de 1912 el alumbrado eléctrico que la empresa continua suministrando a  la población sigue siendo defectuoso. Según informan diarios de la provincia, Garrovillas lleva ya dos días seguidos en los que a las 11 de la noche se interrumpe el suministro de luz tras el aviso pertinente. También el alumbrado público se corta, “cuanto más falta hace para la vigilancia y para el vecino que necesite salir de su casa”. La causa, explica el corresponsal,  es que se ha acabado el carbón y no se recibe otro, o quizás que se han inundado las minas de donde la fábrica venía surtiéndose.

La situación empeora un año después; Garrovillas permanece a oscuras en la noche del 20 de Diciembre de 1913 debido, según parece, a haber vencido el contrato entre el Ayuntamiento y la Sociedad eléctrica Electra Extremeña. Según el Diario de Cáceres, tras la recogida de las lámparas del alumbrado público por parte del instalador de la eléctrica… «la villa quedó sumergida en una noche de los siglos X ú XI» y añade el redactor, después de pedir responsabilidades: «Es de esperar que el nuevo Ayuntamiento, consciente de los verdaderos intereses del pueblo, reanude las conversaciones con la Sociedad, y que, discretamente zanjadas las diferencias, vuelva a lucir en las calles la luz eléctrica, hoy por hoy, insustituible». Un mes más tarde, el redactor, que culpa al Ayuntamiento, rectificará el juicio en dicho diario.

En 1914 el servicio de suministro eléctrico a la villa por parte de la Compañía eléctrica Electra Extremeña continúa siendo deficiente, lo que genera no pocas críticas por parte del corresponsal de Garrovillas, vertidas en el Diario de Cáceres: «La Electra Extremeña nos tiene peor que a obscuras. Y eso fue el mes anterior, y el otro, y el otro, y el otro. Y eso fue el año pasado, y el otro, y el otro, y el otro… Y eso quiere decir… que han fracasado en su gestión los que están al frente de la Sociedad y los que están al frente de las máquinas.»

La precariedad del suministro eléctrico a la villa sigue siendo objeto de [protesta por parte de los vecinos del pueblo como pone de manifiesto el comentario que el corresponsal en Garrovillas del Diario de Cáceres hace a mediados del mes de noviembre de 1914: «La Electra Extremeña ha subido los precios de la luz, y para justificar la subida, nos da hace ya muchas noches una luz rematadamente mala. Juzgue el lector cómo será, que el cronista tiene una lámpara de diez y seis bujías, y necesita una vela para poder escribir estas líneas…».

No parece mejorar mucho el deficiente suministro de energía eléctrica a la localidad por parte de la compañía Electra Extremeña de Navas del Madroño en 1916, pues el tema sigue dando que hablar en la prensa. Según recoge el Diario de Cáceres el 4 de Abril, el suministro de luz continúa siendo deficiente desde hace dos meses. El corresponsal de este diario en Garrovillas escribe: «Ni se cierra la Fábrica, podemos nosotros decir, ni tenemos luz porque no se puede llamar luz, la que no evita que en la calle se choquen los pacíficos transeuntes, ni nos releva de tener que escribir estas cuartillas alumbrados por un clásico candil del siglo onceno.»

Ante tan preocupante situación, calificada por el que escribe de atropello injusto, no queda más remedio que darla a conocer a la opinión pública y hacerse varios interrogantes: «¿Existe en la Fábrica carbón suficiente para alimentar las máquinas? En caso afirmativo, ¿se gasta el carbón necesario para que las máquinas trabajen con la intensidad debida? ¿Hay en las máquinas o en la instalación algún defecto importante que no se ha pensado en reparar? En el supuesto de que el mal sea irremediable ¿tendrá la ‘Electra’ el valor de decir la verdad a sus abonados? «.

Aunque la «Electra Extremeña» parece haber cambiado de gerente a finales de 1916, lo cierto es que hasta ahora, y tal como reseña el corresponsal del diario católico en Garrovillas, no se ha notado el cambio, porque a la villa se «sigue suministrando una media luz oscilante, que hace llorar quieras ó no quieras.»

La documentación de hemeroteca nos permite conocer las grandes carencias del urbanismo de la localidad a comienzos del siglo XX , que sufrieron en mayor o menor medida los vecinos que en ella vivieron. Estas no sólo afectaban al alumbrado público, y como muestra un botón: la prensa de la época recoge el lamentable estado de las calles garrovillanas en 1916, aún por asfaltar en su mayor parte y por la que circulan gran cantidad de animales domésticos: “¡Que calles! ¡Qué calles! Para poder andar por ellas sin enlodarnos nos vamos á tener que ingresar en la familia de las zancudas, y á veces remontar el vuelo para no tropezar con caballerías, carros y puercos.”

Nos resultaría difícil hoy imaginar nuestra localidad sin alumbrado público al ponerse el sol, al igual que vernos privados en nuestros hogares de otros muchos logros de la técnica (teléfono, televisión, compact-disc, internet…) que hacen nuestra vida más fácil, y en algunos casos, también más feliz.

 

José María Velaz ®

 

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