Quizás no sea ilusión por llegar a ser ricos, sino desencanto por ver como traicionan una y otra vez a los trabajadores atontados por los ilusos de los piquetes, mientras otros se hacen ricos. Quizás hay trabajadores que no mueven un dedo contra el empresario porque no les suministra los equipamientos de protección pero también hay empresarios que ademas de suministrarles las EPIs tienen que contratar a alguien para asegurarse de que las utilizan.
Hay instrumentos del pasado que hoy ya no sirven para la producción y han sido desechados pasando a formar parte de algún museo o libro de historia, no te extrañe que si los sindicatos fueron muy eficientes en el pasado, cosa que hay que agradecerles, haya llegado el momento de su desaparición y no consentir que haya individuos aprovechados que exploten cual negocio, especulen y se enriquezcan con la nostalgia de unos cuantos exaltados a los que le han hecho un lavado de cerebro brutal.
A mi no tiene que darme la bronca ningún piquete ni ningún policía gritón y no voy a consentir que le coman el coco a la gente ahora después de tres años, con un país desquiciado por un gobierno de inútiles que lo único que ha hecho ha sido dar palos de ciego, diciendo una cosa un día y contradiciendose al siguiente sin saber que hacer y con la complicidad del silencio de los caciques sindicalistas, como para ahora aguantar lecciones de ilusos que dicen defender a los trabajadores.
Tal vez si aplicamos el viejo dicho de que el fin justicia los medios estemos condenados a repetir la historia y a perder la razón una y otra vez. Porque ni todos los trabajadores son iguales ni todos los empresarios tampoco.
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