La señorita Leyre Pajín, odiada por muchos y querida por pocos es una de las personas que más asco me dan en este mundo. Más que su sedosa y limpia melena deslumbran los números de su cuenta bancaria ya que, por no hacer nada, cobra dos o tres sueldos que podrían estar alimentando a más de cuatro o cinco familias españolas, aparte de sus brillantes comentarios que parecen sacados de un patio de preescolar del colegio.
De todos modos, es otra inepta más que se está forrando a base de decir tonterías y de hacer poco o nada.
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