Normalmente los garrovillanos como conociamos la situación social de las mozas no soliamos pedir baile a ninguna que tuviera novio salvo que fuera muy amiga o familiar.
Pero en los días de toros los «forasteros» sacaban a bailar a cualquiera y como todas las leyendas, posiblemente alguna contesta con la respuesta de «estoy peia», lo que dió lugar a la popularización de la respuesta.
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