Elucubraciones a la luz de la luna

Nuestra sociedad está enferma, y es grave, hemos perdido el norte, hemos perdido la ética; de 30 años para acá, hemos ido dejando todos nuestros ideales por el camino.

  Hemos ido evolucionando económicamente, nos hemos abierto al mundo, hemos abierto nuestra mente a nuevas ideas, hemos descubierto un mundo totalmente distinto al soñado.

   Nos hemos convertido en una sociedad pícara, el que medra es el listillo, el aprovechado, vemos como personas que antes eran normales, están subidas en la cresta de la ola por el echo de estar en la vida política, viven de ella, se han convertidos en los nuevos caciques, en los nuevos líderes.

    Ministros condenados por malversación de fondos, malamente pisan la cárcel y salen indultados, y a su salida se encuentra una legión de seguidores jadeándolos, alcaldes que despilfarran el patrimonio de un pueblo, no les pasa nada, banqueros acusados de fraude en libertad por prescripción del delito, y todos ellos entrevistados en los medios de comunicación dando una imagen de hombres triunfadores a los cuales hay que imitar; esto cala en la sociedad y esta se corrompe.

   Los nuevos pícaros viviendo a costa de la sociedad del bienestar: políticos estafadores que juegan a vivir de ti,  grandes constructores y banqueros viviendo de nuestras hipotecas, individuos que su único trabajo es rellenar papeles para vivir de cobrar las subvenciones, los grandes terratenientes subvencionados, funcionarios negligentes y poco productivos, parados viviendo del chollo, gentes que su único oficio es saltar de cursillos al paro y del paro al cursillo,  policías locales corruptos y  delincuentes y un sin fin de vividores chupando de la ubre de la sociedad del bienestar, ¿esto es camino?, no saltará todo esto por los aires y con ello nuestra libertad y nuestra sociedad del bienestar.

   Pero para olvidarnos de todos estos temas que nos preocupan, pondremos la tele, veremos un partido de fútbol, nos tragaremos un culebrón rosa, o un gran hermano, o nos pondrán un documental de la vida tan apasionada de nuestro monarca y familia, bendecidos por algún obispo, iremos a alguna procesión para luego más tarde irnos de botellón y todo esto amenizado con la música del chiqui chiqui;  así olvidaremos nuestra miseria y el lunes a trabajar, con nuestro sudor e impuestos seguirán viviendo unos pocos, pero todo sea por el amor a nuestra patria y nuestra solidaridad de obreros, funcionarios, pequeños empresarios, agricultores, ganaderos y demás clase productiva.

    Saludos a todos los ingenuos que aún creemos en la utopía de una sociedad más justa  más tolerante y más ilustrada.