Érase una vez un escorpión que le pide a una rana ayuda para cruzar el río. Prometiéndole no hacerle ningún daño, la rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula ¿cómo has podido hacer algo así?, me prometiste que no me morderías. El escorpión se disculpa y le dice: Lo siento ranita. Es mi naturaleza, es mi esencia, no he podido evitarlo, no puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Moraleja: No te engañes a ti mismo ni a nadie. Uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias.
El único ser vivo que es capaz de engañar, mentir, traicionar y matar es el hombre. El hombre es el único que dota a su maldad de razón. Los animales sólo matan por instinto y por supervivencia. Miedo me dan los hombres escorpiones, que manejan su aguijón con premeditación y alevosía…
LA PALABRA DE UN TERRORISTA NO VALE N A D A.
Son asesinos, de mentes criminales.
Saluditos.
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