De por qué expulsamos a los «pájaros de mal agüero»

Ochenta años después de la muerte de su profeta, pasaron a través del estrecho, a al-andalus, destruyeron el reino que los visigodos cristianos habían levantado tres siglos atrás y conquistaron el resto de la península.

Los nuevos señores trajeron consigo una rica cultura y convirtieron al país en el mas hermoso, populoso y mejor organizado de Europa. Planeadas por expertos arquitectos, surgieron grandes y señoriales ciudades. Córdoba, la residencia del califa occidental, era considerada la capital de la totalidad de occidente.

Los «pájaros de mal agüero» reavivaron la descuidada agricultura y consiguieron de la tierra, una insospechada fertilidad, fomentaron la explotación de las minas con nuevas técnica muy desarrolladas, sus tejedores elaboraban alfombras preciosas y lujosas telas, sus carpinteros y escultores delicadas obras de arte, sus curtidores cualquier clase de objetos en piel, sus herreros piezas de una perfección absoluta. La navegación conducida por probados matemáticos y astrónomos, era rápida y segura. Las artes y la ciencias florecieron como nunca hasta entonces bajo este cielo. Un primoroso y ramificado sistema de educación permitía a cualquiera instruirse. La ciudad de Córdoba tenia tres mil escuelas, cada ciudad grande tenia su universidad, había bibliotecas como nunca antes desde la Alejandría helénica. El arte de una nueva fabulación multicolor y floreciente, abrió a la fantasía espacios desconocidos hasta el momento. Grandes poetas refinaron su lengua, rica en matices y tonos, hasta que pudo reproducir cualquier emoción del alma.

Frente a los vencido, mostraron indulgencia. Para sus cristianos, tradujeron el evangelio a su idioma.

A los judíos, que habían estado sometidos al estricto derecho de excepción de los cristianos visigodos, les otorgaron la igualdad ciudadana. Los judíos gozaron en al-andalus de una vida tan plena y satisfactoria como nunca antes desde la caída de su propio reino. De entre ellos surgieron ministros y médicos. Fundaron fabricas, ampliaron empresas de comercio, enviaron sus barcos por los siete mares.

Sin olvidar su propia literatura hebrea, desarrollaron sistemas filosóficos, tradujeron a Aristóteles, elaboraron un comentario de la biblia abierto e inteligente. Dieron nueva vida al arte de la poesía hebrea…….