Xoia Mai GRUPO CACEREÑO CREADO EN 2002 : «Si tocas te cae denuncia»

19/07/2009 M. ALIAS 

En pleno ecuador de su última gira, Raizes Tour II 2009 , los componentes del grupo cacereño Xoia Mai reciben con entusiasmo cualquier propósito que impulse las creaciones musicales procedentes de su región. «Las primeras ediciones de un festival necesitan apoyo y la afluencia de público se consigue poco a poco», explica Javi haciendo referencia al reciente Festival del Oeste. «Ha supuesto un lanzamiento para las bandas extremeñas, se ha permitido que toquen veinte», añade sonriente el encargado de tocar el bajo.

Actualmente ensayan en un local insonorizado que se encuentra en el centro de la ciudad, pero los comienzos no fueron tan fáciles: «Cuando no se tiene poder adquisitivo los garajes y las casas se convierten en los únicos espacios donde poder practicar», recuerdan. «Y a eso le corresponden las consiguientes quejas de la vecindad», se lamenta la banda. Sin embargo, ellos también están disconformes: «Además de no haber sitios dónde los más jóvenes puedan componer, ya casi no quedan locales donde dar conciertos», afirman estos amantes del directo.

«Cuando un cantante extremeño es conocido a nivel nacional, surge la alegría de pertenecer a su misma tierra, pero la realidad es diferente. Si tocas, te cae denuncia», apuntan resignados. En 2005 hicieron una parada en su carrera musical debido a los obstáculos que se les interponían. «Cuando tu afición no es reconocida influye en que pierdas las ganas», explican echando la vista atrás.

Pero a pesar del poco apoyo que reciben los creadores autóctonos en los comienzos, no todo han sido barreras en la trayectoria de este grupo de mestizaje musical. Orgullosos de su región, los Xoia Mai afirman que no es necesario salir a tocar fuera de Extremadura para sentirse satisfechos. «El Womad supuso un tirón para después ofrecer numerosos conciertos». Además del tradicional festival cacereño, recuerdan con cariño las actuaciones en dos lugares clásicos como son el Corral de las Cigüeñas, donde ya no se puede tocar, y el Auditorio, al que le atribuyen un encanto especial.

Conscientes de las promesas que se hacen en periodo electoral, el conjunto extremeño desea que no se trate de una utopía más y que los nuevos locales no se conviertan en «Edificio Valhondo: segunda parte».