Querer es poder

Y el pueblo llegó a la autovía Los 315 vecinos de Santiago del Campo están de estreno: por fin, el nombre del pueblo luce en la A-66 17.01.08 – ANTONIO JOSÉ ARMEROHay al menos dos tipos de distancia. La distancia física dice que desde hace unos días, Santiago del Campo (315 vecinos) está a una veintena de kilómetros de Cáceres. La otra, la que no se mide en metros, la resume el alcalde. «Hace ilusión ir por la autovía y ver el nombre del pueblo», dice.La frase de Samuel Fernández es un mundo en sí misma. Es el principio y el fin de una historia azul y blanca, la historia de un cartel.El 27 de julio del año 2006 abrieron al tráfico dos tramos de la Autovía de la Plata, los que van de Cañaveral a Hinojal y de ahí a Cáceres. Eso significaba despedirse de la carretera nacional 630 y sus mareantes curvas del Tajo y el Almonte. Y también que las dos ciudades más importantes de la provincia quedaran unidas por una vía de gran capacidad, que las dejaba a unos 45 minutos de viaje en coche para quienes no circulen a más de 120 kilómetros por hora.La apertura de esos dos tramos de autovía era esperada desde hacía años por conductores y vecinos de la zona. Y por los alcaldes, claro está. «Aquí no hay más recurso que la ganadería, y que nos construyan el enlace de la autovía es imprescindible para el futuro de Santiago del Campo», reflexionaba en voz alta Samuel Fernández hace casi cuatro años.El futuro se hizo presente, la autovía llegó, y con ella, la decepción: Santiago del Campo no aparecía por ningún lado. El motivo principal es que no había una carretera con las condiciones mínimas que comunicara la autovía y el pueblo, uno de los que integran el grupo de municipios conocido como ‘Los cuatro lugares’, junto a Hinojal, Monroy y Talaván.Pasos al frenteVisto el panorama, Samuel Fernández decidió elevar la queja vecinal a las autoridades correspondientes. En su cartera llevaba una doble petición: que asfaltaran el camino de la A-66 al pueblo y que la autovía luciera carteles anunciadores. «Contacté con Demarcación de Carreteras, del Ministerio de Fomento -recuerda el alcalde-, y me dijeron que una vez que estuviera asfaltada la carretera, no habría ningún problema en colocar los indicativos de la salida al pueblo».La previsión que contemplaban en el pueblo era que las dos reivindicaciones se convirtieran en realidad en el verano del año 2007. Como suele suceder en estos casos, los plazos se han retrasado, pero lo solapa el hecho de haberlo conseguido. Hace unos días, operarios del Ministerio de Fomento colocaron el cartel indicativo en dirección a Plasencia. Y poco después, en el sentido contrario, hacia la capital. Están el kilómetro 528, en la misma salida que hasta entonces sólo indicaba un cambio de sentido.La carretera, a puntoAún falta que Santiago del Campo aparezca en el panel siguiente, en el que ven los conductores que ya han tomado la salida, el que está justo antes de alcanzar la rotonda. «Ese lo pondrán en unos días -anuncia Samuel Fernández-, tienen que traerlo con una grúa».También es cuestión de días, asegura, que acaben los trabajos en los 3,2 kilómetros que unirán el pueblo con la autovía. De hecho, si se han instalado los paneles ha sido porque esa vía reúne ya los requisitos suficientes como para ser llamada carretera. «Sólo falta pintarla y señalizarla», informa el alcalde. Él, como los otros 314 vecinos de Santiago del Campo, uno de los cuatro lugares al norte de la capital, tiene motivos para estar contento. Están de estreno doble: carteles y carretera asfaltada.