Premios Fotografía y Narrativa “Almendro en Flor “

Han sido fallados los premios de fotografía y narrativa del concurso”Almendro en Flor”, los agraciados han sido con el primer premio de fotografia Ana Vecino Julián, el segundo a sido para Jaime David Valle Gómez. El primer premio de narativa para adultos a sido para Margarita García Lázaro, el segundo para Lourdes García Sánchez y el infantil para Diego Solís Macías.

Primer premio de fotografia, autor: Ana Vecino Julián

Segundo premio de fotografia, autor: Jaime David Valle Gómez

Primer premio de narrativa para adulto. autor: Margarita García Lázaro

A la flor del almendro

Por aquellos prados verdes,
Que galano va el camino,
Con sus almendros en flor
Tan blancos como el armiño.
Con su andar siegan la hierba,
Con sus zapatos la trillan,
Con el vuelo de las faldas,
Las flores se le caían.
A los almendros en flor
Que celebraban su día,
Pero el rocío del campo
Les daba por la rodilla.
Descubrir su blanco velo,
Flor de almendro, flor de un día
Mucho andaba el de a caballo,
El de la bici corría, y el de a pie
Por los caminos, las flores blancas veía.

Margarita García Lázaro

Segundo premio de narrativa para adulto, autor:Lourdes García Sánchez

El Almendro en flor

Gracias por estar ahí,
En pleno invierno brotar,
Que alegría yo sentí,
Cuando fui a tu campo a pasear.

El almendro con sus flores,
Con su aroma y su color,
Flores blancas de pureza
Y rosas de la ilusión.

Los pájaros con sus cantos,
Son felices como yo,
Las abejas con su néctar,
Las llevan de flor en flor.

Gracias por estar ahí,
Almendro del corazón,
Y al mundo quiero decir,
Que te cuiden como yo. Lourdes García Sánchez

Premio infantil autor: Diego Solís Macías
» El almendro en flor”.
Mi nombre es Diego, estudio 3eE.S.O, paso mis días en un pupitre, en el 2- piso de mi instituto, que resulta ser el último edificio por uno de los lados de mi pueblo, así es que al otro lado de los cristales de las ventanas, nuestras miradas son verdes o amarillas si es verano, y grises si es invierno, y de algún otro almendro que tenemos enfrente.
Casi cada mañana, mi tutora Isabel entra a saludar en algún momento y siempre con una lección importante tras sus palabras.
Una soleada mañana, a principios de Febrero, entró como siempre, ese día sólo estaba yo, se dirigió a la ventana y me pidió que me acercase con ella, me levanté de la silla y me coloqué a su lado. Me miró y me dijo: Diego, mira el almendro,¿ te das cuenta de lo hermoso y fascinante que es?. Yo pensé: ¿ de qué me está hablando Isabel?, así que la miré a los ojos con cara de impaciencia esperando una respuesta que yo por el momento no era capaz de dar.
Entonces ella me dijo: sí, Diego, el almendro es un árbol muy pasional, impulsivo, confiado y a veces inocente. Es tan pasional, que en cuanto nota los primeros rayos del sol de finales de enero o febrero, enseguida florece, pero cuando llegan las lluvias de abril, el almendro sorprendido, pierde la flor y se decepciona, aunque no pierde la esperanza y al año siguiente, nuevamente vuelve a florecer.
Es todo lo contrario a la vid; la vid es desconfiada, no se arriesga, así es que hasta septiembre no da sus frutos, porque aunque se ha perdido muchos rayos de sol, se asegura de soportar cualquier tempestad.
Yo, durante todo este discurso, era incapaz de atender a otra cosa que no fuese mirar el almendro y tras unos instantes de silencio, mi imaginación me transportó a un campo inmenso de vides y almendros y le dije a mi tutora:
Isabel, yo soy almendro; y ella me respondió: pues Diego, nada en exceso o todo en su justa medida podrías ser. Así comenzamos una pequeña conversación que aún sigo recordando, una conversación que he contado muchas veces a mis amigos, y que hoy os dejo en un puñado de líneas, sabiendo que en estas líneas dejo mucho de mí, y que ahora veo fácilmente en las personas almendros o vid.
QUE CADA CUÁL SEA ALMENDRO O VID, O TODO JUNTO, SIEMPRE O A VECES.