He tardado más de la cuenta en expresar en esta página mi apoyo al amigo Salvador, pero espero que sepa disculparme, La causa no ha sido otra que el desconocimiento, hasta el momento en que esto escribo, de su afección.
Lo dicho, Salvador, somos muchos los que, aunque no en presencia, sí en ánimo, estamos contigo. Espero que salgas con bien de este trance rodeado de los tuyos y ten por seguro que no te faltará el aliento de los que, como yo, admiramos tu personalidad, tu tolerancia y tu enorme humanidad.
Un abrazo de corazón para tí y para toda tu familia.
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