2014 Programa de la festividad de San Blas

Reivindicando la mantilla

Como obligación de compañero y amigo he bajado este fin de semana a Garrovillas a homenajear a Antonio Abad, bueno al que conocéis como San Antón. Aprovechamos y nos acercamos Blas y yo. El amigo Blas porque tenía que ir preparando su celebración, pues ya lo dice el refrán: “uno febrero, dos candelero y tres san blasero”. Yo porque me une una buena amistad, desde mis antepasados, con San Antón y además le admiro porque fue capaz de dejar todo lo mundano y dedicarse a la meditación, y al cuidado de los animales.

Después de la celebración nos quedamos los tres echando un rato. San Antón estaba muy contento porque le habían lucido y blanqueado la ermita, muy bonita, ha quedado muy bonita. Aunque él se quejaba de que aprovechado lo del blanqueo algunos sacaran pecho diciendo que San Antón había estrenado ermita, y otros que la habían restaurado. Bueno, si cuando alguien se lava y se pinta la cara se llama restauración, pues vale.

San Roque, o sea yo, me quejaba de que a uno le reparan su casa por fuera, a otro, Santo Toribio, le van a hacer una unifamiliar adosada en los terrenos que fueran de su propiedad; y a mí en mi antigua casa me han puesto una peña de futbol; y lo más grave es que yo en mi báculo llevo los colores de mi equipo. Pero precisamente blanco no, se puede apreciar el rojo, algún azul, pero blanco nada de nada. En fin que cada uno llevamos nuestra cruz y eso que los santos las aguantamos bien.

San Blas estaba ya nervioso con los preparativos, que si la misa, la procesión, la vaca romera, el paseo…, en fin todo lo que acarrea ser durante unas horas el centro de atención; estando en estos dimes y diretes San Blas se quejaba de las pocas mantillas que lucen las mujeres durante su celebración a la hora de la misa y de la procesión, y aunque San Antón y yo intentábamos convencerle de que los tiempos cambian, él se basaba en los guapa que está la mujer garrovillana con la mantilla y después para el paseo que se la quite y luzca el peinado.

Yo reconocía que después de tirarse unas cuantas de horas en la peluquería, haber llevado los rulos puestos toda la noche, con lo mal que se duerme con ellos puesto, esto lo sé por experiencia; y que te tengas que poner la mantilla con lo guapa que estoy con este cardado y lo que me ha costado que me coja la permanente, prefiero ponerme una flores, aunque sea una amapola o un clavel reventón y “pa la misa”.

Pero nada San Blas seguía en sus treces  “a mí me gusta la mujer con mantilla por la mañana, que además se recupera una prenda que ha ido en detrimento, se sacan algunas de los baúles que ya tienen algo de historia, se les da trabajo a quien se dedica a esos menesteres”. En fin que esa es la parte positiva. O por lo menos eso le parecía a él,  a mí también.

Y seguía, luego para el paseo de la tarde o a media mañana después de la «proseción» se la quita una y tan ricamente a lucir el peinado. Además apostillaba, no quiero que veáis en la iniciativa ni un ápice de segregación ni racial ni sexual. Ya tenemos en otros lugares donde la mujer es obligada a ir cubierta desde la cabeza a los pies. Aquí no pretendo que se entienda como una obligación, sino como una recuperación del uso de un elemento típico del traje de mujer en los momentos religiosos. Y San Antón que era natural de Egipto corroboraba esa afirmación.

Total que seguimos discutiendo y de golpe y porrazo dice San Blas: “os voy a poner unos cuantos ejemplos de lo guapa que están las mujeres garrovillanas con las mantillas y además de cualquier edad. Y ¡Zas! Nos planto una serie de fotos que yo también os la pongo para que la veáis.

http://www.alkonetara.org/node/2055

http://www.alkonetara.org/node/2275

http://www.alkonetara.org/node/2052

http://www.alkonetara.org/node/2049

http://www.alkonetara.org/node/2047

http://www.alkonetara.org/node/1578

Nos tomamos unos copitas y nos despedimos hasta la próxima celebración. Que no tardará mucho porque en este pueblo si te haces de miel te comen por los pies.

¿Tu agüelina?

En primer lugar no tienes nada que sentir. Pero si eres quien imagino que eres, te puedo asegurar que si te la pones no desmerecerías con las de 15 ni 25 años y ni con algunos años más.

Lo de ser abuelo, o abuela es un sentimiento interior. Hace años un hombre o mujer con 60 años era ya una persona lonjeva, hoy día por suerte, sobre todo para la vista, ya sabes que yo lo veo todo desde mi balcón aquí arriba, las personas podemos presumir incluso con más edad. Y las habéis que podréis presumir toda la vida.

De cualquier manera seguro que iras guapa y ni San Blan ni San Roque se enfadaran contigo.