Toros 2014

Toros versus fútbol

Benedicto: 1; Francisco: 0; éste ha sido el resultado del mundial de futbol de Brasil para aquellos que no tenemos otras miras que la santidad, y es que si el mundial es cada cuatro años, imaginaros lo que se tarda en tener dos Papa a la vez. Además yo se que la Merkel le ha echado una mano a sus paisanos y ha convencido a Francisco diciéndole que como a Él le queda mucho tiempo de papado, en el futuro puede rezar para que Argentina consiga otra estrella para su zamarra. Hablando de zamarra, como Fermín ha bajado a Pamplona le hemos encargado una equipación de la selección española para los niños que tenemos por aquí por el cielo, que no creáis que son pocos, entre los Inocentes, aquellos que mando matar Herodes, y los amigos de Niños Jesús se juntan unos cuantos; se la hemos encargado a Fermín porque cuando empezó el mundial la equipación, según me dijeron mis contactos, en el mercadillo del carrillo costaba 28€ y ahora después de visto lo visto se encuentran hasta por 15€, esto sube y baje en función de los resultados, incluso había algunas camisetas que ya tenían grabada la segunda estrella, pues esas las dan dos por el precio de una.

Respecto al futbol nada que decir, alguna cuestión nueva como lo del uso del espray por parte de los árbitros, y lo del ojo electrónico en las porterías, por lo demás como siempre. Yo le pregunte a mi compi San Mames que es el que más sabe de esto y me contestó: “el fútbol son once contra once y al final siempre ganan los alemanes”; pues no es mala respuesta. A mí lo que me hubiera hecho gracia es que a los árbitros en lugar del espray que es contaminante les hubieran dado un “botinu” de pintura y una brocha, habría que verlos visto correr por el campo con la herramienta en la mano, me meo.

Bueno, como ya comenté San Fermín se bajo a Pamplona por aquello del patronazgo y para echarle algún capote a quien hiciera falta, no es que haya tenido mucho trabajo, pero bueno él no debe faltar a la pamplonada.

Como ya va estando algo mayor hemos mandado con él a Judas Iscariote, ese que no es santo ni nada, pero que lo tenemos aquí con nosotros porque le echa una mano a Fray Escoba en lo de la limpieza, que si bien es verdad ni limpia ni nada, pero como es amigo del jefe se le perdona casi todo; aunque esta vez me parece a mí que la ha liado gorda. Resulta que en cuanto llegó a Pamplona se perdió de Fermín y no ha vuelto a aparecer, y eso que le hemos llamado para decirle que se había quedado aquí una bolsa con 35 monedas de platas y alguna “cosina” más, porque como era el tesorero de los apóstoles de vez en cuando se le quedaba algo en las manos; como dicen por el lugar: “el que cierni y amasa de tou le pasa”. El dinero era para pagar la media pensión de Fermín y la suya, porque estos años atrás de bonanza, se solían quedar en algún hotelito de 2 estrellas, e incluso hubo años que subían y bajaban todos los días, pero con el precio de la gasolina, que además siempre la suben por estas fechas, (¡vaya cara que le echan al asunto las petroleras y encima se lo permiten!), se ha decidió que pernocten a media pensión en el Convento de las Hermanitas de los Pobres, en el mismo Pamplona, porque además que hacemos una obra de caridad, nos ponen un precio muy arreglado por el dormir y la media pensión, la cena la hacen por su cuenta, se van al Día o al Carrefour y compran unas latinas y un unos chope con una bagette calentita y como en la mayoría de las casas, ni se hace cena ni na. Otra buena costumbre que se ha perdido lo de hacer la cena, ahora ya no se hace, se saca lo que hay y “jumu pa esa Perala”.

Voy terminado, que os digo que ya mismo estoy “paí pa” esa Laguna y esa Plaza a ver que de nuevo hay, aunque a mí lo que más me gusta es escuchar, que se aprende más que hablando, iré a ver las exposiciones, si es que no se repite alguna claro, y en los toros estaré atento al quite por quitarle algo de trabajo a mi amigo Fermín. Lo que os conté de cambiar de ropaje nada de nada, seguiré con el mismo, así que nos veremos, el que quiera que me salude y el que no “Bendito y con Dios vaya que yo también le daré mi bendición”.

Julio Saavedra Gutiérrez