Veamos que encontramos

 en el libro sagrado de los católicos sobre este tema.

Génesis 38, 24: Unos tres meses más tarde, notificaron a Judá: «Tu nuera Tamar se ha prostituido, y en una de sus andanzas quedó embarazada». Entonces Judá exclamó: «Sáquenla afuera y quémenla viva».

Deuteronomio 22, 22: Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que estaba acostado con la mujer, y también ella. Así harás desaparecer el mal de entre ustedes.

Oseas 14, 1: “Samaría es culpable, porque se rebeló contra su Dios. Caerán a espada, sus niños serán estrellados, y sus embarazadas abiertas en canal”.

Oseas 9, 16: «Aunque den a luz, haré morir el tesoro de su seno».

El propio Dios mató a fetos, en uno de sus múltiples arrebatos. Por ejemplo durante el diluvio.

Génesis.7, 1: Entonces el Señor dijo a Noé: «Entra en el arca, junto con toda tu familia, porque he visto que eres el único verdaderamente justo en medio de esta generación.Génesis.7, 4: Porque dentro de siete días haré llover durante cuarenta días y cuarenta noches, y eliminaré de la superficie de la tierra a todos los seres que hice».

Claro que como se dice en ese libro «El Señor da la muerte y la vida» (1 Samuel 2:6), aunque tiene diversas formas de hacerlo.