Mira que sabia de las malas artes de Cándido J. Gil Pizarro, pero esto ya se lleva la palma. Manipulador de matricula de honor. La policía municipal entre la espada y la pared. El victimismo del alcalde ante unos hechos que parece ser que si debieran haberlo sacado de la poltrona. Para finalizar con el escarnio publico, de los concejales de la oposición, por las huestes del regidor convocadas previamente para liar una buena en el salon de plenos.
Solo decir que en las conciencias de cada uno, y con ese uno me refiero a los que se dejan llevar por la ira fomentada políticamente por el líder de la PSDG, quedara y el tiempo nos dirá si de verdad ha merecido la pena crispar socialmente al pueblo de Garrovillas de Alconetar.
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