Allá en los tiempos lejanos
De este mundo peregrino,
Caminan los emigrantes
Por los distintos caminos.
Ofreciendo los objetos.
De su noble mercancía,
De valor incalculable
Que de su país traían.
Unos presentan collares
Con fina bisutería,
Otros, mantones bordados
Con sedas de gran valía.
Pero venían otras gentes
De una patria muy lejana,
Con música de timbales
Y, un mono de compañía.
Y recorrían las calles
Tocando una corneta,
Y el mono siempre bailaba
Al son de la pandereta.
A los niños les encantaba
Y abandonaban sus casas,
Caminan tras esa gente
Sin permiso de sus padres.
Ocurrió que una niña
Cuando esta gente marchaba,
En busca de su campamento
Tras de ellos caminaba.
Encantada por el mono
Por su valiosa función,
Cuando se encontraba sola
Al mono se le acerco.
Lo trata con gran cariño
Al mono lo acariciaba,
Y aquel animal salvaje
A la niña respetaba.
Pero sus queridos padres
Impaciente por su ausencia,
Han salido a buscarla
Y en la villa no la encuentran.
Y viendo que no parecía
El pueblo entero la busca
Y junto a un manantial
Con el mono la encontraban.
Se la traen a sus padres
Sana y salva del peligro,
Y el mono quedaba solo
Amarrado y cautivo.
A la orilla de la fuente
De aquel dulce manantial,
Donde aquellos emigrantes
Solían ir a descansar.
Es la historia de una fuente
Muy cerca de nuestra villa,
Llamada fuente del mono
Conocida en Garrovillas.
T.P.V.
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