Estamos asistiendo a cambios revolucionarios en el escenario político internacional, si nos fijamos y reflexionamos sobre lo acontecido en países como Túnez, Egipto, Argelia, Libia, etc., podemos destacar las características específicas de cada país, si bien todos son autocracias, donde impera la corrupción y los dirigentes cleptómanos, mientras el pueblo sufre una situación de marginación y pobreza acuciante, debemos destacar que sus regímenes políticos eran laicos, sirva esto para los que pretendan justificar estos procesos atendiendo a razones de islamismo radical; además en la mayoría de estos países los más perseguidos han sido los movimientos islamistas moderados y reformistas; por otra parte, aún en ninguno de ellos se ha establecido ninguna democracia, algunos países como Túnez y Egipto, están en una fase inicial de su transición, y como toda transición está llena de incertidumbres.
Podemos deducir que de un estrangulamiento económico, de una gran crisis, tal y como se está sucediendo en la actualidad, aparecen movimientos que sacuden los cimientos de regímenes autocratas, terminando con ellos e instaurando lo que confío que sean jóvenes democracias; para ellos la crisis puede ser, según la acepción oriental, sinónimo de oportunidad; otro interrogante es cual serán las consecuencias de esta crisis para nuestro “mal entendido” estado del bienestar, cómo reaccionará la democracia ante las crisis, creo que es hora de racionalizar nuestro modelo político y económico, sin olvidar los grandes logros sociales, pero poniendo el énfasis en optimizar al máximo los recursos que tanta falta nos hacen. Saludos.
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