Lo que quiero decir está recogido en el párrafo 3º del artículo 37, Capítulo 25, Título 4º de las Disposiciones Generales de la Ley 1465 de 30 de febrero de 2014.
Está claro que quien sea un poco avezado se habrá dado cuenta que lo escrito en el párrafo anterior es un pegote más grande que los que echaba en sus días cualquier hojalatero o “estañaol” cuando se requería su servicio. Pues hay quién utiliza esa estrategia para quedar como un gran conocedor de las Leyes, casi siempre en beneficio propio. Yo en los últimos tiempos he detectado algún caso más que otro.
Después están los músicos que tocan de oído. ¿Qué quiero decir? Pues que lo hay que alguien dicen algo y enseguida se tiran al barro sin darse cuenta que lo único que van a sacar en claro es emporcarse y algún que otro constipado si el agua está fría. Además enfatizan más si cabe el mensaje que les lanza su adalid; no tienen reparo en acusar a otros, incluso a algún funcionario de lo que éste no hace, después cuando le ponen la cara colorada va y modifica lo dicho, sin saber que cuando se edita algo se sigue quedando el primer mensaje como base y se puede tirar de él en cualquier momento.
Imagínense que yo tuviera un ferviente seguidor y se atreviera a ratificar que todo lo que yo he puesto en el párrafo primero es cierto y además que lo que en él se recoge es indiscutible y si se tiene alguna duda se pase por el Ayuntamiento para que se asesore y le dirán si es compatible o no, bla, bla, bla…
Muchos, la mayoría estarán pensando Saavedra se ha vuelto “tarumba”, no le diría yo que no, pero el mensaje cuando lo lea a quien va dirigido sabrá porque lo pongo; alguno otro también cogerán la indirecta directa.
Todo esto no tiene más sentido que el querer apoyar el mensaje que ha publicado Vanesa Al-Bourji Nieto y aplaudir la defensa que hace sobre el derecho que tiene la empresa que regenta su marido y algunas otras a no ser discriminada en función de sus pensamientos. Además solamente hace su exposición en un mensaje aséptico, tampoco hace comparaciones con algunas circunstancias que se podría poner sobre el tapete y que irían en la misma línea de su texto pero en sentido contrario. No se “aferra” al tú más que estamos tan acostumbrados, solamente defiende como ella dice “el pan de su hijo”.
Bien hecho Vanesa, a ver si aprende alguno más que otro, aunque me parece a mí que va a ser arto difícil; y como refranero que soy terminaré con aquel que dice:
“Burro viejo ya no aprende camino nuevo”
Julio Saavedra Gutiérrez
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