Esta palabra del vocabulario garrovillano tiene sus origenes en los años de la posguerra, más concretamente en el año del hambre. La necesidad hacía estragos en las personas y chuparpringui era de necesidad normal y justificable.
Hoy no tiene razon de ser, pero aun así existen chupapringuis en el sentido más despreciable del termino, llama especialmente la atención porque contradictoriamente suelen tener carnet de socialistas y ser capaces de favorecer al "señorito" en perjuicio de los intereses del pueblo.