En alguna ocasión he escuchado decir a algún político que su dedicación es simple y llanamente vocación de servir a la comunidad. Pero es sabido que no solo de pan vive el hombre y si esa entrega es grande, justo es que el hombre alimente su espíritu.
En pequeñas comunidades las decisiones son tomadas por la mayoría del pleno, tras el debate de las propuestas de los concejales asistentes, y la gestión es cosa de administrativos y gerente. Resulta vergonzoso que haya individuos que aprovechando la coyuntura económica de abundancia se sumen al despilfarro y decidan vivir del esfuerzo de los demás, mientras nos dilapidan el patrimonio municipal y nos suben los impuestos. Pero no es menos vergonzoso que gente del pueblo de las clases mas desfavorecidas como adeptos incondicionales justifiquen este saqueo y nieguen la evidencia.
Da igual lo que se haga bien o mal, pasado el tiempo la gente no recuerda nada. Si se hace bien no tiene mayor importancia es nuestra obligación, pero si se hace mal no recordarlo y ademas justificarlo, no tiene perdón, es tropezar en la misma piedra premeditadamente.
Gracias de antemano a los garrovillanos de buena voluntad que se presentan en las proximas elecciones para defender los intereses generales de nuestra pequeña sociedad.